LA
PARÁBOLA DEL CARRUAJE
Pero con respecto a los cuerpos del hombre,
introdujo un detalle que no había dado antes. Recurrió otra vez a la
comparación oriental del hombre con un carruaje, un caballo, un cochero y un
amo, y volviendo al esquema, añadió:
—El hombre es
una organización compleja. Está formado de cuatro partes que pueden estar conectadas,
no conectadas, o mal conectadas. El carruaje está conectado al caballo por las varas,
el caballo al cochero por las riendas, y el cochero a su amo por -la voz de su
amo. Pero el cochero debe oír y comprender la voz del amo, debe saber cómo conducir;
y el caballo debeestar adiestrado a obedecer a las riendas. En cuanto a la debe estar correctamente enganchado. De esta
manera, entre las cuatro partes de esta compleja organización existen tres
relaciones, tres conexiones (ver Fig. 5 a pág. 134). Si una sola de ellas
presenta algún defecto, el conjunto no puede funcionar como un todo. Las
conexiones entonces no son menos importantes que »los cuerpos». Al trabajar
sobre sí mismo, el hombre trabaja simultáneamente sobre los «cuerpos» y sobre
las «conexiones». Pero se trata de dos clases de trabajo. "El trabajo
sobre sí debe comenzar por el cochero. El cochero es el intelecto. A fin de
poder oír la voz del amo, ante todo el cochero no debe estar dormido — se
debe despertar. Luego, puede suceder que el amo hable un lenguaje que el
cochero no comprenda. El cochero debe aprender este lenguaje. Cuando lo sepa,
comprenderá a su amo. Pero esto no basta, debe también aprender a conducir el
caballo, a engancharlo, a alimentarlo, a cuidarlo, y a mantener
bien el carruaje
— porque no serviría de nada el que comprenda a su amo, si no está en
condiciones de
hacer algo. El amo da la orden de partida. Pero el cochero es incapaz de
marchar porque
no ha alimentado al caballo, no lo ha enganchado, y no sabe dónde están las riendas.
El caballo representa las emociones. El carruaje es el cuerpo. El intelecto
debe aprender a gobernar las emociones. Las emociones siempre arrastran al
cuerpo. Este es el orden en que se debe llevar el trabajo sobre sí. Pero
fíjense bien: el trabajo sobre los «cuerpos», es decir sobre el cochero, el
caballo y el carruaje, es una cosa. Y el trabajo sobre las «conexiones», es
decir, sobre la «comprensión del cochero» que lo une a su amo, sobre las «riendas»
que lo conectan al caballo, sobre las «varas» y los «arneses» que conectan el carruaje
con el caballo — es algo totalmente diferente. "Sucede a veces que los
cuerpos están en excelente estado, pero que las «conexiones» no se establecen.
Entonces, ¿de qué sirve toda la organización?
inevitablemente
gobernada desde abajo. En otras palabras: no por la voluntad
del amo, sino por
accidente.