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viernes, 29 de junio de 2012

EL SUEÑO



TRANCE CONSENSUAL:

El trance consensual (el estado de ensoñación de la vida cotidiana) es un
estado mucho más poderoso y artificial que la hipnosis ordinaria. El trance
consensual supone una pérdida significativa de nuestra vitalidad esencial.
Así como varía la respuesta de las personas a la hipnosis, así también varía en
nosotros la intensidad del trance consensual.
Los antropólogos han definido la cultura como un grupo de personas que
comparten unas creencias básicas acerca del mundo y unos métodos para su
dominación.
Muchas de las evidencias que tenemos acerca del mundo, muchas de las
cuales consideramos verdades sagradas, podrían y deberían ser cuestionadas.
Tan pronto como nacemos, la cultura, en principio a través de la acción de
nuestros padres, empieza a elegir entre nuestras potencialidades.

Desde el punto de vista de la cultura, es mucho mejor si la mente cotidiana, la
manera habitual y automatizada de sentir y de pensar, está estructurada para
reflejar las creencias y los valores consensuales de la cultura.
La esencia es quien realmente éramos en el momento en que llegamos a este
mundo.
La inducción del trance consensual es un proceso de modelación de la
conducta y de la conciencia del bebé, el sujeto, para que sea normal, para
asegurar un nivel alto de estandarización de la conducta y de la conciencia de
todas las personas para que se amolden a las normas sociales. Esta inducción
empieza en unas condiciones que brindan mucho más poder e influencia a
los hipnotizadores culturales del que es posible alcanzar en una inducción
hipnótica ordinaria. Esto es así por:
1. Se inicia con el nacimiento y la relación de poder se mantendrá muy
desequilibrada durante muchos años.
2. Supone años de repetición de la inducción y del fortalecimiento de los
efectos de las inducciones previas.
3. Los hipnotizadores culturales pueden emplear la amenaza física cuando
lo necesiten.
4. Pueden hacer uso de la fuerza emocional (amenaza de retirar el amor y
la aceptación del sujeto) hasta lograr la sumisión y pueden brindar amor
y aceptación personal como premio por una conducta sumisa. El temor
al rechazo es un potente motor.
5. Satisfacer al hipnotizador cultural para no sentir la culpa es mucho más
importante que satisfacer al hipnotizador ordinario.
6. El estado mental de un niño es similar, en muchos sentidos, al estado
mental de un sujeto profundamente hipnotizado. Esto magnifica el poder
de las sugestiones que practican los hipnotizadores culturales.
7. Los padres a menudo parecen omniscientes y omnipotentes para el
niño, de manera que esta profunda confianza tiene sus rasgos mágicos,
y predispone aún más al niño / sujeto para otras sugestiones.
8. Se espera que el trance consensual sea permanente y no una mera
experiencia interesante con un límite temporal estricto. No es necesario
esforzarse por mantener el trance consensual: éste es automático.
La inducción del trance cultural conlleva varios grandes grupos de
sugestiones:
· Un grupo de sugestiones se ocupa del desarrollo de aquellas
potencialidades que la cultura local considera buenas.
· Un segundo grupo de sugestiones se concentra en la supresión de la
manifestación conductual en primer lugar y luego en al
experimentación interna de los pensamientos y los sentimientos que la
cultura considera no deseables.
· Un tercer grupo de sugestiones se concentra en la creación del sentido
del deber en relación con las normas culturales.
A pesar de todo, hay muchas personas poco convencionales y verdaderamente
maduras que continúan ensayando vías alternativas de vida y de experiencia, a
pesar de la prohibición que se cierne sobre ellas. La esencia también desea
vivir y crecer, y procurará crecer a pesar de las restricciones culturales.
Gurdjieff afirmó que nuestros movimientos estaban bastante automatizados.
Tenemos un número fijo de movimientos, gestos, posturas y nociones del
espacio personal adecuado de subpersonalidades que los ponen en
funcionamiento.
¿Por qué la cultura desea que uno se sienta inseguro en algunos sentidos?
Porque entonces uno necesita la cultura para protegerse y de ese modo es
muy poco probable que la cuestione o se rebele realmente contra ella.
Nuestras percepciones son construcciones: seleccionamos (o más bien
nuestros hábitos automáticos seleccionan), a partir de una gran masa de
impresiones, sólo aquellas que se adecuan a nuestras expectativas. En el
sistema de tipos de falsa personalidad de Gurdjieff, uno de los tipos
fundamentales es aquel que sólo ve posibilidades siniestras en la conducta de
los demás.
Normalmente, los contenidos de nuestros sueños y ensoñaciones reflejan muy
bien las normas de la realidad consensual.
Al igual que en la hipnosis, en el trance cultural tampoco podemos ver
aquellas cosas que el hipnotizador cultural nos ha sugerido para que no
veamos.
Cada vez que uno reacciona de una manera automatizada o condicionada y
recibe un premio, se fortalece el trance consensual. Es necesario un esfuerzo
permanente para neutralizar el aluvión de sugestiones para dormir
tranquilamente en el trance consensual, así como un esfuerzo suficiente para
comprender cómo se ha desarrollado este trance y qué podemos hacer para
despertar de él. Estamos inmersos y colaboramos con la enajenación mental
general.

CHARLES TART

domingo, 4 de diciembre de 2011

EL MAGO Y SUS OVEJAS Cuento


EL MAGO Y SUS OVEJAS
Selección de cuentos orientales



"Mas para llegar un día a ser capaz de ver una cosa todo el tiempo, hay que verlo primero una
vez, aunque sea por un segundo. Todos los nuevos poderes, todas las capacidades de
realización, vienen de una sola y misma manera. Al comienzo se trata sólo de raras
vislumbres que no duran sino un instante;
luego éstas pueden reproducirse más a menudo y durar cada vez más tiempo, hasta que al fin,
después de un larguísimo trabajo, se vuelven permanentes. La misma ley se aplica al
despertar. Es imposible despertar completamente de un solo golpe. Hay que comenzar
primero por despertar durante muy breves instantes. Pero hay que morir de golpe y para
siempre, después de haber hecho un cierto esfuerzo, después de haber triunfado sobre un
cierto obstáculo, después de haber tomado una cierta decisión, de la cual no se puede
retroceder. Esto sería difícil y aun imposible, si no se hubiera hecho anteriormente un despertar
lento y gradual.
''Pero hay miles de cosas que impiden que el hombre despierte y que lo mantienen en poder de
sus sueños. Para actuar conscientemente con la intención de despertar, hay que conocer la
naturaleza de las fuerzas que retienen al hombre en el sueño.
"Ante todo, hay que comprender que el sueño en el cual existe el hombre no es un sueño
normal, sino hipnótico. El hombre está hipnotizado, y este estado hipnótico está mantenido y
reforzado continuamente en él. Todo pasa como si hubiera ciertas «fuerzas» para las cuales
sería útil y beneficioso el mantener al hombre en un estado hipnótico, con el fin de impedirle
que vea la verdad y que se dé cuenta de su situación.

"Cierto cuento oriental habla de un mago muy rico que tenía numerosos rebaños de ovejas.
Este mago era muy avaro. No quería contratar pastores, y no quería cercar los prados donde
pacían sus ovejas. Las ovejas se extraviaban en el bosque, se caían de los barrancos, se
perdían, y sobre todo se fugaban cuando se aproximaba el mago, porque sabían que él quería
su carne y su piel. Y a las ovejas esto no les agradaba.
"Por fin, el mago encontró el remedio. Hipnotizó a las ovejas y les sugirió primeramente que
eran inmortales, y que no les haría ningún daño el ser despellejadas, que al contrario este
tratamiento era excelente para ellas, y aun agradable; luego el mago les sugirió que él era un
buen pastor que amaba mucho a su rebaño, que estaba dispuesto a hacer toda clase de
sacrificios por él; en fin, les sugirió que si les llegase a suceder la menor cosa, eso no ocurriría
en ningún caso ahora, ese mismo día, y que por consiguiente no tenían que preocuparse.
Después el mago les metió en la cabeza que de ninguna manera eran ovejas; sugirió a algunas
que eran leones, a otras que eran águilas, y a otras que eran hombres o que eran magos.
"Hecho esto sus ovejas no le causaron más molestias ni preocupación. No se escapaban más,
esperando por el contrario con serenidad el instante en que el mago las esquilara o las
degollara.
"Este cuento ilustra perfectamente la situación del hombre.

"En la literatura llamada «oculta», ustedes probablemente han encontrado las expresiones
«Kundalini», «el fuego de Kundalini» o «la serpiente de Kundalini». Estos términos se emplean
a menudo para señalar un poder extraño latente en el hombre que puede ser despertado.
Pero ninguna de las teorías conocidas da la verdadera explicación de la fuerza de Kundalini.
Esta fuerza se atribuye a veces al sexo, a la energía sexual, es decir se asocia a la idea de que
es posible emplear la energía del sexo para otros fines. Esta última interpretación es
completamente errónea, porque Kundalini puede estar en todas las cosas. Y sobre todo,
Kundalini no es en ningún caso algo deseable o útil para el desarrollo del hombre. Es muy
curioso notar cómo los ocultistas se han valido de una palabra cuya significación han alterado
completamente, logrando hacer de esta muy peligrosa fuerza un objeto de esperanza y una
promesa de bendición.
"En realidad, Kundalini es el poder de la imaginación, el poder de la fantasía, que usurpa el
lugar de una función real. Cuando un hombre sueña en vez de actuar, cuando sus sueños
toman el lugar de la realidad, cuando un hombre se toma a sí mismo por un león, un águila o
un mago, es la fuerza de Kundalini que actúa en él. Kundalini puede actuar en todos los
centros, y con su ayuda todos los centros pueden satisfacerse, ya no en lo real sino en lo
imaginario. Una oveja que se toma a sí misma por un león o por un mago, vive bajo el poder
de Kundalini.
"Kundalini es una fuerza que ha sido introducida en los hombres para mantenerlos en su
estado actual. Si los hombres pudieran darse cuenta realmente de su situación, si pudieran
darse cuenta de todo el horror de esto, serían incapaces de seguir siendo como son, ni siquiera
por un segundo. Comenzarían en seguida a buscar una salida, y la encontrarían muy
rápidamente porque hay una salida; pero los hombres no la ven, simplemente porque están
hipnotizados. Kundalini es la fuerza que los mantiene en un estado de hipnosis. Para el
hombre, despertar significa estar «deshipnotizado». Allí está la dificultad principal, pero es
igualmente allí donde encontramos la garantía de la posibilidad del despertar, porque no hay
legitimación orgánica para tal sueño — el hombre puede despertar.
"Teóricamente, lo puede hacer, pero prácticamente es casi imposible, porque tan pronto un
hombre abre los ojos, despertando por un momento, todas las fuerzas que lo retienen en el
sueño ejercitan de nuevo sobre él una fuerza diez veces más fuerte, e inmediatamente recae en
el sueño, muy a menudo soñando que está despierto o que está despertando.