Ustedes deben recordar que hemos encontrado el punto débil en el muro de nuestra mecanicidad. P.D. Ouspensky
INTRODUCCIÓN
Vamos a tratar de
distinguir bien, cuáles son las ideas
nuevas de Cuarto Camino, para lo cual vamos a ir revisando todos las ideas de
esta Enseñanza, espero me acompañen, y pronto reconocerán vivencias nuevas
tales como que por profundizar en un tema comprendemos un montón de otras
nuevas, cuando logramos ver hacia abajo, nuestra mirada se eleva hacia arriba,
esto me hace acordar dos ideas importantes, la primera es acerca del correcto
pensar, dice Ouspensky, es a través del
correcto pensar que se accede a la partes superiores de los centros y con ellos
a los estados de consciencia objetiva, un ejemplo podría ser pensar los grandes temas, como los misterios
de la Vida y la Muerte en este caso nos ayudaría pensar en las teorías acerca
del tiempo, la reencarnación y la recurrencia. La segunda está conectada a la idea de los cosmos, El
desarrollo de la conciencia no se efectúa en una sola dirección, dijo
Gurdjieff, cuando un hombre comienza a sentir la vida de todas las cosas, los
planetas, el sol, comienza al mismo
tiempo a sentir la vida de sus células, la
inteligencia de las mentes, los elementos;
esto es al ver hacia arriba, también desciende. El desarrollo de la conciencia se realiza
simultáneamente en dos direcciones, hacia lo macrocosmos y hacia el microcosmos,
en este caso lo pequeño es el estudio de sí, mas su contrapartida es el acceso
a otro niveles de consciencia de una forma sólida, consistente. Entonces en
esta orientación vamos a empezar con el estudio de Los Centros. Bibliografía: Fragmentos
de una enseñanza desconocida, El Cuarto Camino, Psicología de la Posible
Evolución del Hombre que con tanto amor
al conocimiento (parte emocional del centro intelectual) y a su maestro, P. D. Ouspensky transcribe literalmente las
ideas de Gurdjieff.
Qué nuevo es mirar esta enseñanza a la
luz del Amor, un vehículo de tercera
fuerza.
Aquí escribo para los que quieran empezar de vuelta
y para aquellos, los nuevos buscadores que quizá no conozcan ya nada de primera
mano, y es por esto que debemos redoblar nuestros esfuerzos en la Consciencia.
LOS
CENTROS:
Estados
de conciencia y los centros
En
este sistema nos dijeron que el hombre tiene la posibilidad de vivir en cuatro
estados de consciencia pero que, como
es, vive sólo en dos. De manera que
estudiamos los centros en dos estados de consciencia. Al mismo tiempo,
comprendemos que suceden vislumbres de consciencia de sí (tercer estado) y que
lo que nos impide tener más vislumbres de éstas es el hecho de que no nos
recordamos: estamos dormidos.
La
primera cosa necesaria en un estudio serio de uno mismo es entender que la
consciencia
tiene
grados. Deben recordar que no pasan de un estado de la consciencia a otro, sino
que
éstos
están añadidos uno al otro.
Esta idea de Consciencia es nueva ya que para el
conocimiento actual de occidente, expresado en filosofía, psicología y sociología, así como
ciencia política, la idea de consciencia es totalmente diferente, en la cual se
habla generalmente de dos estados sólo ligada a la memoria socio-política,
llamadas consciencia social, civil, ciudadana. Nunca se la toma como falta de Recuerdo
de Sí sino como falta de responsabilidad, tema que desarrollaré más adelante.
2 Ver Las funciones
La
segunda cosa necesaria en un estudio serio de uno mismo es el estudio de los centros,
y los vamos a estudiar a través de sus funciones mediante la observación de
éstas, aprendiendo a dividirlas en el sentido correcto, aprendiendo a reconocer
cada una separadamente. Cada función tiene su propia especialidad. Deben ser
estudiadas separadamente y entenderse claramente sus diferencias, recordando
que están controladas por diferentes centros o mentes. Es muy útil pensar sobre
las diferentes funciones de los centros y comprender que son absolutamente independientes.
No comprendemos que hay cuatro seres independientes en nosotros, cuatro mentes independientes.
Siempre tratamos de reducir todo a una sola mente. El centro instintivo puede
existir absolutamente aparte de tos otros centros; los centros motor y
emocional pueden existir sin el intelectual. Podemos imaginar cuatro personas
que viven en nosotros. La que llamamos instintiva es el hombre físico. El
hombre motor es también un hombre físico, pero con diferentes inclinaciones.
Luego está el hombre sentimental o emocional, y el hombre teórico o
intelectual. Si nos contemplamos desde este punto de vista, es más fácil ver
dónde cometemos el principal error acerca de nosotros mismos, porque nos
consideramos como uno solo, como si siempre fuéramos el mismo.
No
tenemos medios para ver los centros, pero podemos observar sus funciones:
cuanto más observamos, más material tenemos. Esta división de las funciones es
importantísima. El
control
de cualquiera de nuestra facultades sólo puede obtenerse con la ayuda del
conocimiento. Cada función puede controlarse solamente si conocemos las
peculiaridades y la velocidad de cada una.
La
observación de las funciones debe conectarse con el estudio de los estados de
consciencia y los grados de consciencia. Debe entenderse claramente que la
consciencia y las funciones son cosas absolutamente diferentes. Moverse,
pensar, sentir, tener sensaciones, éstas son funciones; pueden trabajar con
absoluta independencia de si estamos conscientes o no; en otras palabras,
pueden trabajar mecánicamente. Estar
consciente es algo absolutamente diferente. Pero si estamos más
conscientes, inmediatamente aumenta la intensidad de nuestras funciones.
Las
funciones pueden compararse con máquinas que trabajan en variables grados de
luz. Estas máquinas son tales que pueden trabajar mejor con luz que en la
oscuridad; en cada momento que hay más luz, las máquinas trabajan mejor. La
consciencia es la luz y las máquinas son las funciones.
Las
funciones pueden compararse con máquinas que trabajan en variables grados de
luz. Estas máquinas son tales que pueden trabajar mejor con luz que en la
oscuridad; en cada momento que hay más luz, las máquinas trabajan mejor. La
consciencia es la luz y las máquinas son las funciones.
3 Lo que es
útil o lo dañino:
La
observación de las funciones requiere largo trabajo. Es necesario hallar muchos
ejemplos de cada una. Al estudiarlas, veremos inevitablemente que nuestra
máquina no trabaja correctamente; algunas funciones son todas correctas,
mientras otras son indeseables desde el punto de vista de nuestro objetivo.
Pues debemos tener un objetivo, de lo contrario ningún estudio dará resultado
alguno. Si comprendemos que estamos dormidos, el objetivo es despertar; si
comprendemos que somos máquinas, el objetivo es cesar de ser máquinas. Si
queremos ser más conscientes, debemos estudiar qué nos impide recordarnos. De
modo que tenemos que introducir cierta valorización de las funciones desde el
punto de vista de si son útiles o dañinas para el recuerdo de sí.
De
modo que hay dos líneas de estudio: el estudio de las funciones de nuestros centros,
y el
estudio
de las funciones innecesarias o dañinas.
La máquina humana tiene 4 funciones funciones
diferentes:
1° El pensar (o intelecto).
2° El sentir (o emociones).
3° La función instintiva (todo el trabajo interno
del organismo).
4° La función motriz (todo el trabajo externo del
organismo, el movimiento en el espacio,
etc.)
5° La sexualidad
(división de géneros)
Además de estas cinco, hay otras dos funciones para
las cuales no tenemos nombre en el lenguaje ordinario. Estas aparecen sólo en
los estados superiores de conciencia: una, la función emocional superior, que
aparece en el estado de conciencia de sí; y otra, la función intelectual
superior, que aparece en el estado de conciencia objetiva. Como no estamos en estos
estados de conciencia, no podemos estudiar estas funciones o experimentar con
ellas.
Tratemos ahora de comprender las cuatro funciones principales. El estudio debe comenzar por el estudio de las 4
funciones el pensar, el sentir, la función instintiva, y la función motriz. La
función sexual sólo se puede estudiar mucho después; esto es, cuando estas
cuatro funciones hayan sido suficientemente comprendidas
Daré por sentado que para ustedes es claro lo que yo
quiero decir por la función intelectual o función de pensar. En ella están incluidos
todos los procesos mentales: la percepción de impresiones, la formación de
representaciones y de conceptos, el raciocinio, la comparación, la afirmación,
la negación, la formación de palabras, la facultad de hablar, la imaginación, y
así sucesivamente.
La segunda función es el sentir o las emociones: la
alegría, la pena, el miedo, el asombro, etc. Aun si están seguros de que está
claro para ustedes el cómo y en qué difieren las emociones de los pensamientos,
les aconsejaría que revisen sus puntos de vista a este respecto. En nuestra
manera ordinaria de pensar y de hablar mezclamos pensamientos y sentimientos;
pero para comenzar el
estudio de sí es necesario diferenciar cuál es cuál.
Tomará más tiempo el comprender las dos funciones
que siguen, instintiva y motriz, ya que en ningún sistema ordinario de
psicología están descritas y divididas de manera correcta. Las palabras
"instinto", "instintivo" se emplean por lo general en
sentido equivocado, y muy a menudo sin sentido alguno. En especial, por lo general
se le asigna al instinto funciones externas
que son en realidad funciones motrices y algunas
veces emocionales.
La función instintiva en el hombre incluye cuatro
clases diferentes de funciones:
·
PRIMERO:
Todo el trabajo interno del organismo,
·
SEGUNDO:
Los así llamados cinco sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto, el
tacto;
·
TERCERO:
Todas las emociones físicas; es decir, todas las sensaciones físicas que son agradables
o desagradables.
·
CUARTO:
Todos los reflejos,
La función motriz comprende todos los movimientos
externos tales como el caminar, el escribir, el hablar, el comer, y sus
memorias. También pertenecen a la función motriz aquellos movimientos que en el
lenguaje ordinario se llaman "instintivos", tales como el atrapar,
sin pensarlo, un objeto que se cae.
La diferencia entre la función instintiva y la
motriz es muy clara y puede ser fácilmente comprendida si uno simplemente
recuerda que todas las funciones instintivas, sin excepción, son innatas y que para usarlas no es
necesario aprenderlas; mientras que, por el otro lado, ninguna de las funciones
motrices son innatas y uno tiene que aprenderlas
todas, tal como el niño aprende a caminar, o como se aprende a escribir o a
dibujar.
El diagrama
representa a un
hombre de pie, de perfil, mirando hacia la izquierda, e indica la posición
relativa de los centros, de manera muy esquemática.
El centro de
gravedad y velocidad Cada centro tiene lo que se llama su "centro de
gravedad". El centro de gravedad
del centro intelectual está en el cerebro; el centro
de gravedad del centro emocional está en el plexo solar; los centros de
gravedad de los centros motor e instintivo están en la médula espinal.
Uno de los principios más importantes que se debe
comprender en relación con los centros es la gran diferencia en sus
velocidades, es decir, una diferencia en las velocidades de sus funciones.
El más lento es el centro intelectual. Luego -aunque
mucho más rápidos- vienen los centros motor e instintivo, que tienen más o
menos la misma velocidad. El más rápido de todos es el centro emocional, aun
cuando en el estado de "sueño despierto" muy raramente trabaje con
nada que se aproxime a su verdadera velocidad, y por lo general trabaja a la
velocidad de los centros instintivo
y motor.
La Divisiones positiva
negativa
Otra característica de los centros, la que
posteriormente nos dará muy buen material para la observación de sí y para el
trabajo sobre nosotros mismos.
Se supone que cada centro está dividido en dos
partes: positiva y negativa.
Esta división es particularmente clara en el centro
intelectual y en el centro instintivo.
Todo el trabajo del centro intelectual está dividido
en dos partes: afirmación y negación; sí y no.
En cada momento de nuestro pensar, uno de los dos
prevalece sobre el otro o, en momentos de igual fuerza, llegan a la indecisión.
La parte negativa del centro intelectual es tan útil como la positiva, y
cualquier debilitamiento en la fuerza de una con respecto de otra acarrea
desórdenes mentales.
En el trabajo del centro instintivo, la división es
también bastante clara, y ambas partes, positiva y negativa, o agradable y
desagradable, son igualmente necesarias para una justa orientación en la vida.
Las sensaciones agradables de sabor, olor, tacto,
temperatura, calor, frescura, aire fresco, todas indican condiciones que son
beneficiosas para la vida; y las sensaciones desagradables de mal sabor, de mal
olor, de contacto desagradable, la sensación de calor opresivo o de frío extremo,
todas indican condiciones que pueden ser dañinas para la vida.
Se puede entonces decir definitivamente que no es
posible ninguna orientación verdadera en la vida si no se tienen ambas
sensaciones: las agradables y las desagradables. Ellas son la verdadera guía de
toda vida animal en la tierra y cualquier falla en ellas produce una falta de
orientación y por consiguiente un peligro de enfermedad o de muerte. Piensen en
qué rápido se envenenaría un
hombre si perdiera todo sentido del sabor y del olor
o si, de alguna manera no natural, venciera su disgusto natural por sensaciones
desagradables.
En el centro
motor la división en dos partes, positiva y negativa, sólo tiene un significado
lógico; es decir, el movimiento en oposición al reposo. Para la observación
práctica no tiene utilidad.
En el centro emocional, a primera vista, la división
es muy simple y obvia. Si tomamos emociones agradables, tales como alegría,
simpatía, afecto, confianza en sí mismo, como pertenecientes a la parte
positiva, y emociones desagradables, tales como aburrimiento, irritación,
celos, envidia, miedo, como pertenecientes a la parte negativa, las cosas
parecerán muy simples; pero en realidad son mucho más complicadas.
Para comenzar, en el centro emocional no hay una
parte negativa natural. La mayoría de las emociones negativas son artificiales;
no pertenecen al mismo centro emocional y están basadas en emociones
instintivas que les son completamente extrañas, pero que son transformadas por
la imaginación y la identificación.
Las emociones
positivas tales como "amor", "esperanza",
"fe", en el sentido que se les comprende
usualmente -es decir, como emociones permanentes son imposibles para un hombre
en el estado ordinario de conciencia. Ellas requieren estados de conciencia más
elevados, requieren la unidad interior, la conciencia de sí, un "Yo"
permanente, y la voluntad.
Las emociones positivas son emociones que no pueden
llegará ser negativas. Pero todas nuestras emociones agradables tales como
alegría, simpatía, afecto, confianza en sí mismo, pueden, en cualquier momento,
convertirse en aburrimiento, irritación, envidia, miedo, etc. El amor se puede
convertir en celos o miedo a perder lo que uno ama, o en cólera u odio; la esperanza
puede convertirse en ensueño y en la expectativa de quimeras, y la fe puede convertirse
en superstición y en una débil aceptación de un reconfortante disparate.
Hasta una emoción puramente intelectual -el deseo de
conocimiento- o una emoción estética -es decir, un sentimiento de belleza o
armonía- si se llega a mezclar con identificación, se une
de inmediato con emociones de orden negativo tales
como el orgullo, la vanidad, el egoísmo, la presunción, etc.
Se puede entonces decir, sin posibilidad de
equivocarnos, que no podemos tener emociones positivas. Al mismo tiempo, en la
práctica, no tenemos emociones negativas que existan sin imaginación ni
identificación.
Partes y subpartes
de los centros
Ahora debemos regresar al estudio de los centros y
al estudio de la atención y del recuerdo de sí, porque estos son los únicos
caminos a la comprensión.
Además de la división en dos partes, positiva y
negativa -que, como hemos visto, no es la misma en los diferentes centros, cada
uno de los cuatro centros está dividido en tres partes. Estas tres partes
corresponden a la definición de los mismos centros. La primera parte es
"mecánica", incluyendo los principios motor e instintivo, o predominando
uno de ellos; la segunda es “emocional”, y la tercera es “intelectual”. El
siguiente diagrama muestra la posición de las partes en el centro intelectual.
El centro intelectual está dividido en dos partes, positiva y negativa; cada una
de estas dos partes está dividida a su vez en otras tres. Por lo tanto el
centro intelectual en realidad se compone de seis partes.
Cada una de estas seis partes, a su vez está
subdividida en tres partes: mecánica, emocional e intelectual. Pero sobre esta
subdivisión hablaremos mucho después, con excepción de una, es decir, la parte
mecánica del centro intelectual, de la cual hablaremos ahora.
La división de un centro en tres partes es muy
simple. Una parte mecánica trabaja casi automáticamente; no requiere ninguna
atención. Pero debido a esto no se puede adaptar a un cambio de circunstancias,
no puede "pensar", y continúa trabajando de la manera en que comenzó,
aun cuando las circunstancias hayan cambiado completamente.
En el centro intelectual, la parte mecánica incluye
en sí misma todo el registro de impresiones, recuerdos y asociaciones. Esto es
todo lo que debería hacer normalmente, es decir, cuando otras partes hacen su
trabajo. Nunca debería contestar a las preguntas dirigidas a todo el centro,
nunca debería tratar de resolver sus problemas, y nunca debería decidir nada.
Desgraciadamente, de hecho, siempre está lista para
decidir y siempre contesta a las preguntas de toda clase, de manera muy
estrecha y limitada, con frases hechas, en jerga, con lemas políticos.
Todos estos y muchos otros elementos de nuestras
reacciones habituales forman el trabajo de la parte mecánica del centro
intelectual.
Esta parte tiene nombre propio. Se llama
"aparato formatorio" o algunas veces "centro formatorio".
El trabajo de la parte emocional requiere atención
plena, pero en esta parte del centro la atención no requiere ningún esfuerzo.
Es atraída y mantenida por el mismo asunto, muy a menudo a través de la
identificación, que generalmente es llamada "interés", o "entusiasmo",
o "pasión" o "devoción".
La parte intelectual del centro intelectual incluye
en sí misma una capacidad de creación, construcción, invención y
descubrimiento. No puede trabajar sin atención, pero la atención en esta parte
del centro debe ser controlada y mantenida allí por la voluntad y el esfuerzo.
Este es el criterio principal al estudiar las partes
de los centros. Si las tomamos desde el punto de vista de la atención sabremos
de inmediato en cual parte de los centros estamos. Sin atención, o con una
atención errante, estamos en la parte mecánica; con la atención atraída por el
objeto de la observación o reflexión y mantenida allí, estamos en la parte
emocional; con la atención
controlada y mantenida por voluntad en el objeto,
estamos en la parte intelectual.
Al mismo tiempo, el mismo método muestra cómo hacer
trabajar las partes intelectuales de los centros. Al observar la atención y
tratando de controlarla, nos imponemos el trabajar en las partes intelectuales
de los centros, porque el mismo principio se refiere por igual a todos los
centros, aunque podría no ser tan fácil para nosotros el distinguir las partes
intelectuales en los otros centros, como por ejemplo la parte intelectual del
centro instintivo, que trabaja sin ninguna atención que nosotros podamos
percibir o controlar.
Tomemos el centro emocional. No hablaré por ahora
sobre las emociones negativas. Tomaremos solamente la división del centro en
las tres partes: mecánica, emocional e intelectual.
La parte mecánica consiste en la clase más barata de
humor prefabricado y un sentido grosero de lo cómico, el amor a la excitación,
el amor a los espectáculos sensacionalistas, el amor a la pompa, el
sentimentalismo, el amor por estar en la muchedumbre y ser parte de ella, la
atracción por las (parte mecánica motora- instintiva) emociones masivas de toda clase y la completa
desaparición de uno mismo en las más bajas emociones semi animales: crueldad,
egoísmo, cobardía, envidia, celos, etc.
La parte emocional puede ser muy diferente en
distintas personas. Puede incluir en sí misma un sentido del humor o un sentido
de lo cómico tanto como una emoción religiosa, una emoción estética, una
emoción moral y, en este caso, puede llevar al despertar de la conciencia
moral. Pero con la identificación puede ser algo bastante diferente, puede ser
muy irónica, sarcástica, burlona, cruel, obstinada, mala y celosa, sólo que de
manera menos primitiva que la parte mecánica.
La parte intelectual del centro emocional (con la
ayuda de las partes intelectuales de los centros motor e instintivo) incluye en
sí misma el poder de creación artística. En aquellos casos en que las partes
intelectuales de los centros motor e instintivo, que son necesarias para la
manifestación de la facultad creativa, no estén lo suficientemente educadas o
no les correspondan en su desarrollo,
se pueden manifestar en sueños. Eso explica los
bellos y artísticos sueños de personas que por lo demás no son nada artísticas.
La parte intelectual del centro emocional es también
el asiento principal del centro magnético. Lo que quiero decir es que si el
centro magnético existe sólo en el centro intelectual o en la parte emocional
del centro emocional, no puede ser lo suficientemente fuerte para ser efectivo
y siempre está expuesto a cometer errores o a fallar. Pero la parte intelectual
del centro emocional, cuando está totalmente desarrollada y trabaja con todo su
poder, es un camino hacia los centros
superiores.
En el centro motor, la parte mecánica es automática.
Todos los movimientos automáticos, que en el lenguaje ordinario se llaman
"instintivos", le pertenecen, así como la imitación y la capacidad para
la imitación que desempeña un papel tan grande en la vida.
La parte emocional del centro motor está conectada
principalmente con el placer del movimiento.
El amor a los deportes y a los juegos deberían
pertenecer normalmente a esta parte del centro motor, pero cuando la
identificación y otras emociones se llegan a mezclar con él, muy raramente se
encuentra allí, y en la mayoría de los casos el amor a los deportes está en la
parte motriz de cualquiera de los centros intelectual o emocional.
La parte intelectual del centro motor es un
instrumento muy importante y muy interesante. Todo el que alguna vez haya hecho
bien cualquier tipo de trabajo físico, cualquiera que sea éste, sabe que cada
tipo de trabajo necesita muchas invenciones. Uno tiene que inventar sus propios
pequeños métodos para todo lo que uno hace. Estas invenciones son el trabajo de
la parte intelectual del centro motor, y muchas otras invenciones del hombre
también necesitan el trabajo
de la parte intelectual del centro motor. El poder
de imitar a voluntad la voz, entonaciones, y gestos de otras personas, tal como
la poseen los actores, también pertenece a la parte intelectual del centro
motor; pero en grados más altos o mejores está mezclada con el trabajo de la
parte intelectual del centro emocional.
El trabajo del centro instintivo está muy bien
escondido de nosotros. Conocemos realmente, es decir, sentimos y podemos
observar, sólo la parte sensorial y emocional.
La parte mecánica incluye en si misma sensaciones
habituales que muy a menudo no las notamos en absoluto, pero que sirven de
fondo para otras sensaciones; también incluye movimientos instintivos en el
significado correcto de la expresión, es decir, todos los movimientos internos tales
como la circulación de la sangre, el movimiento del alimento en el organismo y
los reflejos internos y externos.
La parte intelectual es muy grande y muy importante.
En el estado de conciencia de sí o al aproximársele, uno puede entrar en
contacto con la parte intelectual del centro instintivo y aprender bastante de
ella en lo concerniente al funcionamiento de la máquina y a sus posibilidades.
La parte intelectual del centro instintivo es la mente detrás de todo el
trabajo del organismo, una mente bastante diferente de la mente intelectual.
El estudio de las partes de los centros y de sus
funciones especiales requiere cierto grado de recuerdo de sí. Sin recordarse a
sí mismo uno no se puede observar por un tiempo suficientemente largo o lo
suficientemente claro como para sentir y comprender la diferencia de funciones
que pertenecen a distintas partes de los diferentes centros.
El estudio de la atención muestra las partes de los
centros mejor que cualquier otra cosa, pero el estudio de la atención también
requiere cierto grado de recuerdo de sí.
Muy pronto se darán cuenta de que todo su trabajo
sobre sí mismos está conectado con el recuerdo de sí y que no puede proseguir
exitosamente sin él. Y el recuerdo de sí es un despertar parcial, o el comienzo
del despertar. Naturalmente -y esto debe ser muy claro- no se puede realizar
ningún trabajo en el sueño.
Ejercicio:
Programarse y hacer
un plan para observar los centros, no se
puede observar todo a la vez. Por ejemplo distinguir durante el día la parte
positiva y negativa del intelecto o
Aun si están seguros de que está claro
para ustedes el cómo y en qué difieren las emociones de los pensamientos, les
aconsejaría que revisen sus puntos de vista a este respecto.
Tener en cuenta que
hay que ver este funcionamiento en uno mismo, no acumular saber intelectual.
Anotar en un cuaderno,
un poquito todos los días.