sábado, 31 de octubre de 2009

EL RECUERDO DE SI



El Trabajo enseña que el significado inmediato del Recuerdo de Sí es el de proveer un mejor alimento para todas las células del cuerpo. Por el contrario, el identificarse con todas las cuitas de la vida, el ser negativo, pesado, celoso, desdichado, y así sucesivamente, que significa la ausencia de Recuerdo de Sí, es un mal alimento para todas las células del cuerpo.
Un acto de Recuerdo de Sí, en medio del tumulto de la vida, otorga nueva fuerza. El cuerpo entero se siente más ligero, porque entonces las células que componen el cuerpo reciben un nuevo alimento —una clase de alimento superior a las vitaminas—. El cuerpo necesita un alimento apropiado según la psicología. Las relaciones del cuerpo con el estado en que uno mismo se halla, esto es, el propio estado psicológico, son muy intimas. Un estado negativo de depresión, un estado de preocupación, un estado de ansiedad, producen un alimento dañoso
para el cuerpo.
El Trabajo enseña que las relaciones entre el cuerpo y la mente son muy finas,
sutiles y definidas. Los malos estados de la mente, en especial las malas emociones —tales como las mezquinas auto-emociones, la antipatía, el aburrimiento, -etc.— retardan el correcto trabajo de las células en el cuerpo. Por eso el Trabajo enseña que el esfuerzo de trabajar sobre sí mismo, de captar el propio comportamiento en un momento cualquiera y transformarlo por un acto de Recuerdo de Sí cambia la química de las células en el cuerpo.
El Hombre puede estar dormido en la vida aunque parezca muy ocupado. El Hombre puede estar despierto en la vida aunque esté muy ocupado. Los resultados son totalmente diferentes.
Si un hombre estudia lo que significa el Recuerdo de Sí por haber comprendido que no se recuerda a sí mismo sino que es simplemente una máquina que reacciona siempre de la misma manera a las condiciones exteriores, empieza a discernir de qué trata el Trabajo. Si se hace la ilusión de que está perfectamente tal como es, el Trabajo permanece cerrado para él. Significa que en su interior las partes superiores activas de los centros ordinarios permanecen cerradas para él.
Por eso vive, completamente en el sótano de él mismo, de su casa. Un hombre, una mujer, deberían aprender al cabo de un tiempo qué significa el trabajar sobre sí y no seguir siendo una mera función de las condiciones externas —esto es, trastornados, aburridos, desdichados, cuando para ellos las condiciones externas no son agradables, y excitados y entusiastas cuando las condiciones externas son favorables. Esto es vivir en los opuestos.
Entonces se es en verdad una máquina impotente que va de la desdicha a la felicidad y de la felicidad a la desdicha. No se hace nada para crear la propia vida, para crearse, en suma, a uno mismo. La vida entonces nos arrastra como una correa de transmisión hace funcionar centenares de pequeñas máquinas. Este no es un estado deseable, porque entonces no hay nadie, se es en realidad nadie, sin el poder de transformar una situación cualquiera. Se gasta todo el dinero y
luego no se tiene nada, por así decirlo. No hay fuerzas de reserva. Nada se crea en uno mismo.
En este caso uno está identificado con cuanto sucede. En otras palabras, es no recordarse a uno mismo. Si un hombre, una mujer, en un desdichado y característico evento de los cuales hay muchos característicos y estereotipados ya hechos de medida —si se identifican plenamente con ellos pierden fuerza—. Son máquinas, que reaccionan mecánicamente contra esos eventos característicos y estereotipados, ya preparados para ellos como los saltos en una carrera de obstáculos. Si, en verdad se asemeja a esto. Llega a un salto típico y cae de bruces.
Pero si se recuerda a sí mismo no tiene por qué hacerlo —en especial si puede decirse a si mismo: "Esta es una situación típica que comparto con millones de otras personas en este momento"—. Esto nos priva de su sabor único.
Ahora repetiremos —"El Trabajo enseña que el Recuerdo de Sí quiere decir al punto mejor alimento para las células del cuerpo"— Pero permítanme que les recuerde que el Recuerdo de Sí depende en última instancia de sentir algo superior en uno mismo. Cuando un hombre aplica prácticamente la enseñanza del Trabajo a sí mismo empieza, por así decir, a volar por encima de la superficie de la tierra. Las cosas con las cuales tropezaba ya no lo hacen tropezar más.
En otras palabras, está viviendo en un hilo telegráfico más alto —en un nivel
ligeramente más elevado—. Lo que hubiera sido una catástrofe es ahora tan sólo un incidente momentáneo. Les pido a todos ustedes que piensen y reflexionen sobre el significado de "recordarse a sí mismo" en medio de las cuitas y ansiedades y, en suma, en medio del tumulto de los estereotipados incidentes diarios, de los eventos diarios de la vida. De este modo, para cambiar de imagen, ya se empieza a comprender cuál podría ser el significado de "andar sobre el mar" de uno mismo —en mi caso, el de andar sobre Nicoll, y así por encima de él.

MAURICE NICOLL